Mirarnos hacia adentro, esa
extraña necesidad del ser humano por autorretratarse o por incluir cada vez más
una autoimagen a la gran moda de las selfies.
La selfie es definida como un
autorretrato o autofoto, término que se comenzó a utilizar a principios del
siglo XXI y que se ha ido popularizando como la forma que tienen las personas
para mostrar lo que hacen a cada minuto.
El primer autorretrato fotográfico que se conoce lo hizo Robert Cornelius en 1839 |
Desde mi posición como artista y
docente, cada vez me enfrento más a la disyuntiva acerca de “¿qué es el autorretrato?” y una forma de dar
respuesta es entendiéndolo como un objeto de arte.
Es así, como el autorretrato es,
ante todo un desplazamiento que comienza con el Narciso, pasando por la
máscara, hasta sacar a relucir el doble oculto que todos tenemos; todo esto
para encontrar por fin el objetivo inherente a todo autorretrato, la identidad.
Autorretratarse es realizar un
“ritual” de autoexorcismo, dado que es la única forma de encontrar y entender
todos esos reflejos que actúan sobre cada uno; es buscar y dejar a un lado
todas las máscaras que se han utilizado en una sociedad que no admite un ser
sin imagen; es evidenciar ese verdadero doble que ha estado escondido detrás de
infinidad de iconografías, aceptadas cada una de ellas de acuerdo al medio y
momento social en que se encuentren.
El territorio del autorretrato no
es simplemente un rostro, históricamente hemos visto que puede ser cualquier
cosa, desde el cuerpo en sí mismo hasta un objeto que puede ser significativo
para la persona. Símbolos que pueden llegar a evidenciar una clase social, una
forma de vida e ideología.
Fotografía Sally Mann |
Se puede hablar de diferentes
tipos de autorretrato, desde el primero en 1839 de Robert Cornelius, quien
logro un buen daguerrotipo de sí mismo pasando largo tiempo frente a la cámara,
hasta los de los artistas como Sophie Calle cuyo territorio sobre el que trabaja
son sus propias experiencias, partiendo de la memoria y creando unos relatos
autobiográficos con imagen fotográfica y narración literaria; Sally Mann,
considera como su autorretrato más próximo, la relación que establece con sus
tres hijos y la cotidianidad de una familia en constante cambio; Nan Goldin y
un mundo íntimo donde no solo esta ella, sino su percepción de la comunidad
homosexual y travestis que habitan ese otro mundo que las sociedades actuales
no aceptan, imágenes de personas que también aman, ríen y lloran, todo invocado
desde sus autorretratos; Lorna Simpson y el cuerpo de la mujer negra actual
como una comarca, testigo de represiones, esclavitud, dominación y sufrimiento,
y ese cuerpo con códigos que se establecen en torno a él, moda y tradición;
Cindy Sherman y las prótesis que hablan de una mujer y su relación con las
personas, pasa de una mujer como objeto de placer a la de una mujer como
víctima.
Fotografía Sophie Calle |
En
fin, todo para convencernos que el autorretrato puede variar tanto como un
rostro, un ojo, un dedo o el pliegue más insignificante del cuerpo, desde una
madre hasta la mujer más desconocida, desde una habitación hasta un espacio más
amplio como la ciudad, o una casa, un patio, un techo….
En últimas, habla de una memoria
visual fragmentada, fantasmal, desvanecida, pero que guarda cierta relación con
el álbum familiar, la fotografía de la sala, el registro de una ventana, de un
objeto casero que pertenece a una geografía íntima, a un mapa interior y que está
cargado con la iconografía que da la sensación de las primeras fotos en las
manos de un niño, esa textura del papel fotográfico que con los nuevos tiempos
ha desaparecido del tacto.
Las nuevas tecnologías,
ordenadores, cámaras digitales y móviles han logrado despersonalizar los
autorretratos, convirtiendo en una moda viral las selfies donde lejos de ser un
verdadero autorretrato, se ha convertido en una forma de mostrar una imagen que
es lo más apartado de la verdadera identidad.
Fotografía Nan Goldin |
La selfie es una moda y como toda
moda pretenciosa, se cree que se está siendo innovador, desconociendo que la
primera selfie fue tomada por una adolescente de trece años en 1914, Anastasia
Nikolayevna de Rusia. Las selfies del mundo moderno no son más que fragmentos
de las personas que se pretende ser, el autorreconocimiento es desplazado por
la infinidad de máscaras que día a día se van construyendo.
Anastasia Nikoláyevna de Rusia realiza uno de los primeros autorretratos de adolescentes. |
En últimas, el desafío no es
hacer selfies, el verdadero desafío es realizar un infalible autorretrato.
¿Aceptas el reto?
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