martes, 11 de agosto de 2015

Felicidad












Por: Herica Pulgarín H.


      Vivimos en un constante estado donde nos regimos por leyes, diferentes en cada etapa de nuestras vidas, las que son impuestas en nuestras casas, escuelas, trabajos y sociedad en general, y van cambiando al paso de los años. No contentos con este sinnúmero de normas, nos imponemos al interior de nuestro ser otras tantas para lograr nuestra “realización” personal y las metas que nos trazamos. Obviamente, estas leyes que nos imponemos están predispuestas por los valores que vamos adquiriendo y por los sueños que van creciendo, haciendo de esas normas exteriores e interiores la base de nuestra memoria y personalidad.

Pero, ¿para qué sirve todo esto? ¿Para qué imponernos leyes que nos pueden dificultar la vida? Así no lo creamos, todos los seres humanos venimos con un chip programado para buscar la felicidad, un estado de ánimo que supone cierta satisfacción, el sentirse a gusto, complacido, contento, así sea muy subjetiva la  forma de medirla. Y es así como nos imponemos metas que nos lleven a lograr ese sentimiento de plenitud.  

Para uno de los filósofos contemporáneos más importantes, José Ortega y Gasset, la felicidad se produce cuando coincide lo que él llama “nuestra vida proyectada”, que es aquello que queremos ser, con “nuestra vida efectiva”, que es lo que somos en realidad.

Y si ahondamos en la sociedad en que vivimos, donde encontramos países con un índice de pobreza altísimo, seguido de un grado de indigencia por encima de lo que se podría esperar o desear y los serios problemas en los servicios de salud, sería fácil decir que no existe tal felicidad.
Si analizamos la reciente investigación sobre los países más felices, podríamos decir que no estamos tan mal, pero ¿cómo se mide esa felicidad?


          Según este estudio, vemos como entre los países más felices están: Suiza, Islandia, Dinamarca, Noruega y Canadá, y podríamos estar de acuerdo. En este ranking están los países más infelices como Togo, Burundi y Siria. Hasta ahí no encontramos muchas incongruencias, el problema es cuando nos ponemos a analizar y vemos que entre los primeros 40 – de 158 países encuestados - están países como Costa Rica, México, Brasil, Venezuela, Chile, Argentina, Uruguay y Colombia. Entonces, ¿qué nos hace felices?
           Pues según este informe, la felicidad se calcula de acuerdo a estos siete criterios:

Producto interior bruto per cápita, en términos de paridad de poder adquisitivo ajustado a dólares, según datos del Banco Mundial.
Apoyo social, que es la posibilidad de recibir ayuda de familiares o amigos en caso de «problemas», según una encuesta Gallup (se usa en otras categorías).
La esperanza de vida, según la Organización Mundial de la Salud.
La libertad de tomar decisiones en la vida, según la encuesta.
La generosidad, o cuánto dinero se dona a las ONG, según datos oficiales.
La percepción de la corrupción, tanto del gobierno como de las empresas.
El afecto positivo, que viene a equivaler a «cuánto se ríe la gente», según la encuesta.

El afecto negativo, que mide justo lo contrario: la tristeza y el enfado.
           Entonces si hacemos un promedio entre esa vida proyectada, la efectiva, la esperanza de vida (acomodadas por las compañías de pensiones), la libertad de tomar decisiones (a eso le llaman votar por el corrupto de turno), la generosidad que es más alta entre los seres menos favorecidos y cuánto se ríe la gente; sí, somos felices.

    Somos felices de ser libres, de tener el poder de crearnos metas realistas a nuestro entorno. Logramos la felicidad en diferentes formas y es así como escuchamos constantemente frases como “soy feliz de ser madre”, “soy feliz en mi trabajo”, “soy sexualmente feliz”, “tengo una familia feliz”….

    En últimas, la felicidad es lograr nuestras metas con ingredientes en su punto como el optimismo, razonamiento, prudencia, amor, corazón, respeto, ser autocrítico. Ser feliz es estar tranquilo con uno mismo, así no sean los mismos ingredientes del resto del mundo, es estar por encima del negativismo, es amar lo que se es.

    Logremos la felicidad por encima de todos los pronósticos, dejémonos sorprender por la vida, seamos felices...

      [i]  Informe sobre la Felicidad Mundial 2015  http://econ.sites.olt.ubc.ca/files/2015/04/pdf_WHR15.pdf



    No hay comentarios:

    Publicar un comentario