martes, 11 de agosto de 2015

Niños y tecnología


Por Ana Rocío Sosa López


En la actualidad vivimos en una sociedad tecnológica, dependemos de ésta para realizar nuestras actividades diarias pero, alguna vez nos hemos preguntado ¿cómo afecta a nuestros niños ésta dependencia hacia la tecnología? o ¿qué ejemplo les estamos dando?

El uso y abuso de la tecnología en niños puede llegar a causar diferentes consecuencias, una de éstas es el trastorno de sueño debido a que la mayoría de los aparatos electrónicos se encuentran en la habitación de los niños, de tal forma que los papás no supervisan los horarios, no se dan cuenta del tiempo ni la hora en que los utilizan. Es una constante que los niños aprovechan la madrugada para utilizar tales aparatos, esto reduce sus horas de sueño,  y por tanto, les cuesta despertar y desde luego no alcanzan el 100% de su rendimiento escolar. Esto es de vital importancia, pero no es lo único grave, también lo es la posibilidad de navegar sin restricciones y tener acceso a imágenes, videos o juegos violentos, lo que se ve reflejado en la personalidad, ya que niños expuestos a la violencia en redes, son niños violentos en casa, escuela y entorno al que pertenezcan. Todo lo anterior sin mencionar que estamos frente a una adicción, lo cual es bastante grave.
La tecnología va avanzando día con día, esto puede ser un pro para el humano así como un contra, pues no sólo afecta a los niños sino también a adolescentes y adultos. Entre más tecnológico sea un aparato, menos movimiento requiere la persona, un simple ejemplo es la televisión; anteriormente las personas se tenían que levantar para cambiar el canal, bajar el volumen o apagarla, después existieron los controles que te permitían hacer todo lo anterior a distancia. Hoy en día, hay televisiones que con el movimiento de mano se van cambiando los canales y otras aún más tecnológicas que con la voz se logra manejar todo. Mi punto es que nos volvemos torpes, tendemos a engordar, perdemos agilidad, pues cada vez tenemos menos movimiento, nuestro cerebro deja de trabajar de la forma en que trabajaba antes, la televisión es un ejemplo, pero hay más, ya no recordamos números telefónicos, direcciones de casas, calles principales, no realizamos operaciones matemáticas mentales, no nos preocupamos por la ortografía pues todo lo anterior lo realizan los aparatos por nosotros.  

La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría recomiendan los siguientes tiempos dependiendo de la edad de los niños.
·         0 a 2 años: Ningún contacto con aparatos electrónicos.
·         3 a 5 años: 3 a 5 horas a la semana.
·         6 a 12 años: 30 min a 1 hora al día.

La explicación que ellos proporcionan, es basada en estudios que a continuación menciono: los niños de 1 a 3 años están en su pleno desarrollo, están absorbiendo todos los estímulos ambientales, los primeros dos años de vida, el cerebro triplica su tamaño y es hasta los seis años cuando adquieren la información y todos los estímulos, se dice que son como esponjas, pues les es fácil retener información y van descubriendo el mundo que los rodea, por lo tanto el uso de estos aparatos a corta edad puede afectar primeramente en lo que absorben, pero aún más grave, pueden afectar su cerebro con déficit de atención, retraso cognitivo, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y la disminución de la capacidad de autorregularse sobre todo en sentimientos negativos.

Otro aspecto importante, es la capacidad de socializar, de aprender a relacionarse, comunicarse e interactuar con quienes los rodean y el uso de los apararos electrónicos los aísla del entorno, les impide relacionarse y socializar y esto también afecta la personalidad.

Y, finalmente, hablaré de la autoestima. Muchas madres han recurrido a la tecnología para fungir como “nana” de sus hijos. El cuidado de los hijos hace años recaía en sus madres, poco a poco se ha ido sustituyendo, en lugar de cuidar, cargar, jugar con los hijos, se les pone frente al televisor o se les compran aparatos que los mantengan quietos. Esto se va al subconsciente, al saco del auto-conceptos y no de forma positiva. ¿Qué me dices de sustituir el tiempo y la calidad con premios como estos aparatos? Muchos padres caen en comprar y regalar a sus hijos todo lo que está de moda por culpa y esto tampoco ayuda al desarrollo positivo de su personalidad.

No pretendo evitar que los niños sean amigables con la tecnología, ya que es una realidad que hoy viven y que para competir deben saber usar las herramientas vigentes, presento la información de lo que está sucediendo y lo que están sufriendo los niños sin supervisión y sin límites.  

Los aparatos electrónicos son herramientas, apoyos didácticos, pero sólo eso. Ojalá se pudieran intercalar y combinar con la forma tradicional de juego que desde la Psicología proporciona varias ventajas (de las cuales hablaré en otro documento), sin embargo esta decisión es tan sólo de los padres.
Y tú… ¿qué opinas?



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