lunes, 4 de mayo de 2015

RENDIRSE por Sachi U. Maeshiro



Mi mente tiene un pasatiempo muy recurrente: divagar. Le gusta ir de una idea a otra y de regreso; trata de profundizar, de desmenuzar, le encanta analizar, y una vez terminado el análisis, vuelve otra vez a analizar. Es una actividad algo obsesiva que no es del todo recomendable pero me ha llevado a aprender algunas cosas, aunque sigo trabajando para manejarla de una mejor manera. Pero bueno, no es de esto de lo que quiero hablarte, sino del tema que ha sido materia para la divagación de mi mente en fechas recientes: rendirse vs seguir luchando. ¿Tú qué opinas? Supongo que es muy probable que te sorprenda mi consideración con respecto a esta disyuntiva, “obviamente” hay que seguir luchando siempre, no podemos darnos por vencidos, es fundamental resistirse hasta el último aliento. Una parte de mis reflexiones me llevan a estar de acuerdo, pienso que no podemos quedarnos sentados y sólo mirar cómo pasa el mundo ante nosotros. Pienso que cada quien construye su realidad, su vida, y parte de ello implica una lucha. Pero por otro lado, a través de algunas lecturas, ha surgido este divague mental en donde se me ha presentado la idea de considerar lo contrario: que  también es necesario rendirse para no morir en el intento (por favor toma nota que he dicho: también).  
Pienso que desde pequeños nos enseñan a luchar, a competir. La sociedad funciona en una gran parte bajo este criterio: luchamos por ser más guapos, más listos, por ganar más dinero, por tener los mejores puestos de trabajo, por lograr reconocimiento, por tener más “likes” en facebook. Pasamos gran parte de nuestro día luchando, resistiéndonos. Y la resistencia produce fricción y la fricción nos lleva al desgaste. ¿Esto es necesario?
Y por otro lado, rendirse no necesariamente significa no seguir avanzando. Creo que tendemos a relacionar el término de rendición únicamente con el estancamiento, con la mediocridad y la derrota, pero el significado de esta palabra está también ligado a la entrega y al respeto. Sólo basta echarle una mirada al diccionario de la Real Academia Española:
Rendir.
(Del lat. reddĕre, infl. por prendĕre y vendĕre).
1. tr. Vencer, sujetar, obligar a las tropas, plazas, embarcaciones enemigas, etc., a que se entreguen.
2. tr. Sujetar, someter algo al dominio de alguien. U. t. c. prnl.
3. tr. Dar a alguien lo que le toca, o restituirle aquello de que se le había desposeído.
4. tr. Dicho de una persona o de una cosa: Dar fruto o utilidad.
5. tr. Cansar, fatigar, vencer. U. t. c. prnl. Se rindió de tanto trabajar.
6. tr. Vomitar o devolver la comida.
7. tr. Junto con algunos nombres, toma la significación del que se le añade. Rendir gracias, agradecer; rendir obsequios, obsequiar.
8. tr. entregar. Rindió el alma a Dios.
9. tr. Mar. Terminar, llegar al fin de una bordada, un crucero, un viaje, etc.
10. tr. Mil. Entregar, hacer pasar algo al cuidado o vigilancia de otra persona. Rendir la guardia.
11. tr. Mil. Hacer con ciertas cosas actos de sumisión y respeto. Rendir el arma, la bandera.
12. prnl. Tener que admitir algo. Se rindió ante tantas evidencias.
13. prnl. Mar. Dicho de un palo, de un mastelero o de una verga: Romperse o henderse.
MORF. conjug. c. pedir.

Son a estos significados a los que quiero hacer énfasis cuando hablo de rendirse, a los relacionados con la entrega y el respeto, como ya lo mencioné anteriormente. Porque de no hacerlo, estaríamos negando una parte muy valiosa, y sólo podríamos observar una cara de la moneda.
Además, a lo largo de nuestra vida poco aprendemos  y poco nos impulsa para aceptar las cosas como son. Creo que la palabra clave aquí es precisamente: ACEPTACIÓN.  Este significado sintetiza lo que mi mente aficionada a la divagación, quiere expresar. Rendirnos no necesariamente es un sinónimo de derrota, sino un primer paso para la transformación y el crecimiento.
¿Cómo podemos cambiar algo si primero no aceptamos que en ese momento las cosas son así?
¿Cómo podemos amarnos a nosotros mismos si primero no nos aceptamos como somos? ¿Cómo podemos amar al otro si primero no lo aceptamos como es?
Una de las lecturas que me ha hecho entrar en esta divagación plantea que una parte importante de la vida es el dolor,  pero cuando no aceptamos ese dolor, se convierte en sufrimiento. En cambio cuando aceptamos la existencia del dolor, podemos empezar a sanar.
Existe, creo yo, una línea muy fina entre rendirse y quedar derrotado. No son sinónimos, como se suele pensar. Rendirse puede ser un gran aliado para crecer, para mejorar. Como el Ave Fénix, que resurge de sus cenizas. Pero si confundimos los términos, sí podemos quedar estancados.
Yo sigo luchando, el hábito me lleva a reaccionar de esa manera. Pero me rindo ante ello, y espero aprender a aceptar la vida como es, y agradecer mucho por ello.




No hay comentarios:

Publicar un comentario